
Espacio Amadem: La solidaridad cambia tu cerebro
Luisina Daives. Psicóloga de Amadem
Según la neurociencia, dar y recibir ayuda nos hace sentir más saludables porque mejora nuestro estado de ánimo, nuestras hormonas y nuestros neurotransmisores neuronales químicos.
Como consecuencia de emplear nuestro tiempo en acciones solidarias, en ayudar a alguien que lo necesita, así como en detalles a nuestros seres queridos; nuestro cuerpo y mente fomentan elevadas cantidades de hormonas como la oxitocina relacionada con los afectos y altas dosis de neurotransmisores del placer y de la felicidad como la dopamina, la serotonina, la adrenalina o las endorfinas.
La solidaridad es una característica innata con la que se nace y se mejora a través de la experiencia. Igualmente es susceptible de ser entrenada. Ser solidario o solidaria mantiene saludable la salud mental y física y genera una perspectiva positiva acerca del mundo. Esto se refleja en las personas subiendo las defensas del sistema inmune.
La oxitocina es la hormona que se libera durante el sexo. También, cuando la madre amamanta a su bebé. Es decir, es la hormona del placer. Y es, precisamente, la misma que se libera cada vez que se realiza una donación. Los últimos estudios demuestran que el nivel de oxitocina en el cuerpo aumenta hasta un 80 por ciento cada vez que se realiza un acto de generosidad.
Una de las claves de la solidaridad se encuentra en la empatía. Gracias a ella sobrevive la especie porque los seres humanos nacen prematuros respecto a otros primates y necesita de protección. Desarrollar un cerebro empático fue clave en la evolución para poder cuidar y asegurar así la evolución de la especie. Los beneficios de ser solidario están muy alcance de la mano y por eso, se anima a encarrilarse hacia ello. Los padres y las madres pueden ayudar a sus hijos e hijas a fortalecer su carácter solidario. La mejor manera de adquirirlo es por imitación, realizando acciones solidarias e implicándoles en éstas. Por ejemplo, organizar un evento solidario, como un cumpleaños o una Comunión cuya recaudación se destine a un proyecto social, realizar tareas de voluntariado en familia como ayudar a limpiar una zona natural o apadrinar a un niño o niña.
Próximamente, Amadem celebra su Calçotada Solidaria en la que se reunirá un número muy importante de personas, volcadas a ayudar, hacer el bien, donar y empatizar con un colectivo tan importante y necesario, como es el de la Salud Mental.
No nos cansaremos de dar las Gracias a todas estas personas, y a las que quieran sumarse a este proyecto ¡solo tienen que decírnoslo!
Luisina Daives. Psicóloga de Amadem
Según la neurociencia, dar y recibir ayuda nos hace sentir más saludables porque mejora nuestro estado de ánimo, nuestras hormonas y nuestros neurotransmisores neuronales químicos.
Como consecuencia de emplear nuestro tiempo en acciones solidarias, en ayudar a alguien que lo necesita, así como en detalles a nuestros seres queridos; nuestro cuerpo y mente fomentan elevadas cantidades de hormonas como la oxitocina relacionada con los afectos y altas dosis de neurotransmisores del placer y de la felicidad como la dopamina, la serotonina, la adrenalina o las endorfinas.
La solidaridad es una característica innata con la que se nace y se mejora a través de la experiencia. Igualmente es susceptible de ser entrenada. Ser solidario o solidaria mantiene saludable la salud mental y física y genera una perspectiva positiva acerca del mundo. Esto se refleja en las personas subiendo las defensas del sistema inmune.
La oxitocina es la hormona que se libera durante el sexo. También, cuando la madre amamanta a su bebé. Es decir, es la hormona del placer. Y es, precisamente, la misma que se libera cada vez que se realiza una donación. Los últimos estudios demuestran que el nivel de oxitocina en el cuerpo aumenta hasta un 80 por ciento cada vez que se realiza un acto de generosidad.
Una de las claves de la solidaridad se encuentra en la empatía. Gracias a ella sobrevive la especie porque los seres humanos nacen prematuros respecto a otros primates y necesita de protección. Desarrollar un cerebro empático fue clave en la evolución para poder cuidar y asegurar así la evolución de la especie. Los beneficios de ser solidario están muy alcance de la mano y por eso, se anima a encarrilarse hacia ello. Los padres y las madres pueden ayudar a sus hijos e hijas a fortalecer su carácter solidario. La mejor manera de adquirirlo es por imitación, realizando acciones solidarias e implicándoles en éstas. Por ejemplo, organizar un evento solidario, como un cumpleaños o una Comunión cuya recaudación se destine a un proyecto social, realizar tareas de voluntariado en familia como ayudar a limpiar una zona natural o apadrinar a un niño o niña.
Próximamente, Amadem celebra su Calçotada Solidaria en la que se reunirá un número muy importante de personas, volcadas a ayudar, hacer el bien, donar y empatizar con un colectivo tan importante y necesario, como es el de la Salud Mental.
No nos cansaremos de dar las Gracias a todas estas personas, y a las que quieran sumarse a este proyecto ¡solo tienen que decírnoslo!
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