AMADEM, ONG para la Salud Mental de la Marina Alta
El suicidio es el resultado de un alto sufrimiento humano
Es muy importante que comencemos a pensar que este acto deliberado de quitarse la vida es el resultado de un sufrimiento y dolor emocional que la persona no puede tolerar, y ante esto, y una visión rígida y de túnel, en donde no ve salida posible, contempla la muerte como alternativa de solución. Nunca debe tomarse como una llamada de atención, sino como un grito de auxilio.
Las personas cercanas a la que sufre, deben de tener una actitud cálida y empática, que invite a la persona a abrirse. Intenta no evitar temas para charlar, y expresa tu preocupación e interés por la persona, que no vea que estas sobrepasad@ o no puedes más con esta situación. Aquí evitar la banalización del sufrimiento será clave para dar valor a lo que le pasa, por ejemplo, decir: “no pienses tonterías” seria un grave error de intervención.
En esta línea evitar moralizar lo que le ocurre a la otra persona como, por ejemplo: ¿no te da vergüenza generarnos tanto sufrimiento? Piensa que muchas veces se trata de estar disponible, acompañando sin agobiar, estar cerca, sin decir mucho. Loque sí puedes hacer, es ayudarle a concretar medidas que les acerquen a
recursos de salud o tratamiento, o poner a salvo a la persona lo más que se pueda (por ejemplo, quitar de su cercanía objetos de corte, o con los que pueda hacerse daño).
En un momento determinado, las unidades de salud mental, urgencias, la asociación Amadem, un profesional en el ámbito de lo privado, o el teléfono 024, que es la línea que se ha creado para prevenir la conducta suicida, pueden ser de ayuda ante el riesgo de una ideación, planeación o intento suicida.
Las cifras de muerte por suicidio son altas, y cada año aumentan. El 80 por ciento de las personas que se suicidan habían expresado sus intenciones a su entorno, unas semanas previas a cometer el acto.
Vamos a comprometernos, aprender y hacer todo lo mejor que podamos. Quitemos estigma y mitos en torno al suicidio, naturalicemos el tema para poder abordarlo desde una perspectiva profesional, seria y especifica, en donde el fin último sea, prevenir y devolver la esperanza a la persona que sufre.
Artículo de Luisina Daives, psicóloga de Amadem

Es muy importante que comencemos a pensar que este acto deliberado de quitarse la vida es el resultado de un sufrimiento y dolor emocional que la persona no puede tolerar, y ante esto, y una visión rígida y de túnel, en donde no ve salida posible, contempla la muerte como alternativa de solución. Nunca debe tomarse como una llamada de atención, sino como un grito de auxilio.
Las personas cercanas a la que sufre, deben de tener una actitud cálida y empática, que invite a la persona a abrirse. Intenta no evitar temas para charlar, y expresa tu preocupación e interés por la persona, que no vea que estas sobrepasad@ o no puedes más con esta situación. Aquí evitar la banalización del sufrimiento será clave para dar valor a lo que le pasa, por ejemplo, decir: “no pienses tonterías” seria un grave error de intervención.
En esta línea evitar moralizar lo que le ocurre a la otra persona como, por ejemplo: ¿no te da vergüenza generarnos tanto sufrimiento? Piensa que muchas veces se trata de estar disponible, acompañando sin agobiar, estar cerca, sin decir mucho. Loque sí puedes hacer, es ayudarle a concretar medidas que les acerquen a
recursos de salud o tratamiento, o poner a salvo a la persona lo más que se pueda (por ejemplo, quitar de su cercanía objetos de corte, o con los que pueda hacerse daño).
En un momento determinado, las unidades de salud mental, urgencias, la asociación Amadem, un profesional en el ámbito de lo privado, o el teléfono 024, que es la línea que se ha creado para prevenir la conducta suicida, pueden ser de ayuda ante el riesgo de una ideación, planeación o intento suicida.
Las cifras de muerte por suicidio son altas, y cada año aumentan. El 80 por ciento de las personas que se suicidan habían expresado sus intenciones a su entorno, unas semanas previas a cometer el acto.
Vamos a comprometernos, aprender y hacer todo lo mejor que podamos. Quitemos estigma y mitos en torno al suicidio, naturalicemos el tema para poder abordarlo desde una perspectiva profesional, seria y especifica, en donde el fin último sea, prevenir y devolver la esperanza a la persona que sufre.
Artículo de Luisina Daives, psicóloga de Amadem
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