
La Fundación Franz Weber critica la utilidad y el gasto del museo taurino que Ondara está construyendo
La Fundación Franz Weber ha valorado el comienzo de las obras para crear un museo taurino en Ondara, que cuentan con una financiación pública de casi 75.000 euros, provenientes del Plan +Cerca de la Diputació d’Alacant, lo que equivaldría a más de 2.900 bonos consumo (25 euros) de la última campaña de comercio de barrio en la localidad.
Los naturalistas señalan que este tipo de instalaciones son más un elemento de apuntalamiento del lobby taurino que una verdadera atracción social o turística, mencionando ejemplos notables como el museo taurino que cerró en Valladolid en 2016 y que cosechaba la ridícula cifra de una visita diaria.
Así, sostienen que el uso de fondos públicos para reformar espacios públicos y dedicarlos a este fin supone dejar de invertir estos fondos del plan provincial en verdaderas necesidades de la ciudadanía ondarense, como podría ser la propia promoción de las tiendas y comercios del municipio, el establecimiento de equipamientos para niños, niñas y adolescentes, o políticas para la gente mayor.
La tauromaquia, advertida por Naciones Unidas
El Comité de los Derechos del Niño emitió una recomendación dirigida a España tras su revisión en 2018, en la cual se advertía de forma clara acerca de la participación de personas menores de edad:
“Para prevenir los efectos nocivos para los niños del espectáculo de los toros, el Comité recomienda que el Estado parte prohíba la participación de niños menores de 18 años como toreros y como público en espectáculos de tauromaquia.”
En agosto del pasado año el organismo de expertas y expertos de Naciones Unidas incluyó una referencia en el Comentario General nº 26, en su apartado G) sobre el “Derecho a no sufrir ningún tipo de violencia”:
“Los niños deben ser protegidos de todas las formas de violencia física y psicológica y de la exposición a la violencia, como la violencia doméstica o la infligida a los animales.”
Por tanto, la FFW subraya que este tipo de prácticas son nocivas para el desarrollo psicológico y social de las generaciones más jóvenes, mientras Ondara gasta dinero de toda la ciudadanía alicantina en favorecer a un grupo más interesado en garantizarse subvenciones que en la salud psicosocial general.
La Fundación Franz Weber ha valorado el comienzo de las obras para crear un museo taurino en Ondara, que cuentan con una financiación pública de casi 75.000 euros, provenientes del Plan +Cerca de la Diputació d’Alacant, lo que equivaldría a más de 2.900 bonos consumo (25 euros) de la última campaña de comercio de barrio en la localidad.
Los naturalistas señalan que este tipo de instalaciones son más un elemento de apuntalamiento del lobby taurino que una verdadera atracción social o turística, mencionando ejemplos notables como el museo taurino que cerró en Valladolid en 2016 y que cosechaba la ridícula cifra de una visita diaria.
Así, sostienen que el uso de fondos públicos para reformar espacios públicos y dedicarlos a este fin supone dejar de invertir estos fondos del plan provincial en verdaderas necesidades de la ciudadanía ondarense, como podría ser la propia promoción de las tiendas y comercios del municipio, el establecimiento de equipamientos para niños, niñas y adolescentes, o políticas para la gente mayor.
La tauromaquia, advertida por Naciones Unidas
El Comité de los Derechos del Niño emitió una recomendación dirigida a España tras su revisión en 2018, en la cual se advertía de forma clara acerca de la participación de personas menores de edad:
“Para prevenir los efectos nocivos para los niños del espectáculo de los toros, el Comité recomienda que el Estado parte prohíba la participación de niños menores de 18 años como toreros y como público en espectáculos de tauromaquia.”
En agosto del pasado año el organismo de expertas y expertos de Naciones Unidas incluyó una referencia en el Comentario General nº 26, en su apartado G) sobre el “Derecho a no sufrir ningún tipo de violencia”:
“Los niños deben ser protegidos de todas las formas de violencia física y psicológica y de la exposición a la violencia, como la violencia doméstica o la infligida a los animales.”
Por tanto, la FFW subraya que este tipo de prácticas son nocivas para el desarrollo psicológico y social de las generaciones más jóvenes, mientras Ondara gasta dinero de toda la ciudadanía alicantina en favorecer a un grupo más interesado en garantizarse subvenciones que en la salud psicosocial general.
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