La estación de autobuses de Dénia: un proyecto provisional que sigue generando críticas

La estación de autobuses de Dénia, en funcionamiento desde hace varios años, continúa siendo motivo de debate entre los vecinos y usuarios del transporte público. Concebida inicialmente como una solución provisional hasta la llegada del esperado tren Dénia-Gandía, esta infraestructura ha sido objeto de críticas constantes por sus múltiples deficiencias estructurales y de servicios, que afectan tanto a la comodidad de los pasajeros como a la operatividad de los conductores.

Uno de los principales problemas señalados es el espacio limitado tanto para el aparcamiento como para las maniobras de los autobuses, especialmente los de gran tamaño. Las dársenas mal diseñadas y los accesos estrechos obligan a los conductores a realizar complicadas maniobras para evitar rozar los bordillos, lo que genera retrasos y aumenta el riesgo de accidentes. Esta situación no solo afecta a los profesionales del transporte, sino que también compromete la seguridad de los pasajeros, quienes a menudo deben desembarcar en áreas demasiado estrechas.

Además, la estación presenta serias carencias en cuanto a la protección frente a las inclemencias del tiempo. Los pasajeros se ven obligados a esperar al aire libre, expuestos tanto al sol como a la lluvia, debido a la falta de áreas cubiertas suficientes. Este problema es particularmente grave durante los meses más calurosos o lluviosos, y, a pesar de las peticiones de los usuarios, las infraestructuras básicas como pérgolas o bancos siguen siendo insuficientes.

La falta de servicios esenciales en la estación es otra de las quejas recurrentes. La ausencia de un panel informativo adecuado, relojes iluminados, consigna para equipajes y una cafetería o tiendas dificulta la espera de los viajeros. Estos problemas no solo afectan la funcionalidad de la estación, sino también la imagen que proyecta Dénia como capital de la comarca de la Marina Alta. Como centro de una zona con un gran volumen de turistas, se esperaría que la estación contara con una infraestructura más acorde a sus necesidades.

El hecho de que la estación siga siendo considerada provisional ha generado un sentimiento de estancamiento entre los usuarios. La prometida llegada del tren Dénia-Gandía se ha retrasado durante años, lo que ha dejado a la estación en un limbo en cuanto a mejoras. Los usuarios y representantes locales insisten en que es necesario acometer reformas urgentes para mejorar la experiencia de los viajeros y garantizar su seguridad.

La solución parece pasar por una remodelación integral de la estación, que incluya una ampliación del espacio de maniobra para los autobuses, la construcción de áreas cubiertas que protejan a los pasajeros y la mejora de las instalaciones internas. De no tomarse medidas, las quejas y riesgos seguirán acumulándose, afectando tanto a los habitantes locales como a los visitantes que utilizan este servicio crucial para la movilidad en la comarca.