Noticias de la Marina Alta
José Juan Reus alerta sobre el impacto de los aranceles de EE.UU. en los vinos alicantinos
José Juan Reus, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Alicante, presidente de Bodegas Xaló y alcalde del Ayuntamiento de Llíber, ha expresado su profunda preocupación ante la reciente amenaza del presidente estadounidense Donald Trump de imponer aranceles del 200% a los vinos europeos. Esta medida podría afectar significativamente a las bodegas alicantinas que exportan al mercado estadounidense, que en 2024 importó vinos españoles por valor de 391,4 millones de dólares.
Reus califica la situación de "muy alarmante y pesimista". Explica que, aunque en una primera fase hubo una ligera contracción que no afectó a los principales vinos, la anunciada tasa del 200% podría suponer "un mayor problema" para las bodegas. Actualmente, las bodegas de la DOP Alicante exportan unas 400.000 unidades a Estados Unidos, siendo este su segundo o tercer cliente, dependiendo del año. Este mercado es importante no solo en cantidad, sino también en valor, ya que el perfil de los vinos indica "madurez y potencialidad".
Un arancel de esta magnitud situaría a los vinos alicantinos en una posición muy desfavorable respecto a otros productores de continentes como Chile o Australia. Aunque la historia y la potencia de las marcas europeas son muy fuertes, la competitividad se vería gravemente afectada. "Nos pone en una situación muy mala respecto a otros continentes", lamenta Reus, aunque reconoce que el vino europeo sigue teniendo "una gran potencia de marcas".
Ante posibles restricciones comerciales con Estados Unidos, el Consejo Regulador contempla estrategias de diversificación de mercados. Sudamérica se presenta como una opción, aunque su velocidad es lenta y la inestabilidad de algunos países no es positiva. "La diversificación puede ser Sudamérica, pero su velocidad es lenta y la inestabilidad de algunos países tampoco es positiva", señala. Los mercados asiáticos, como China, Japón, India o Taiwán, tienen gran potencial, pero actualmente están "paralizados".
Reus señala que la situación ofrece "poco margen de maniobra" para las pequeñas empresas, ya que no depende de ellas. "La baza la juega la Unión Europea en defender a este sector", afirma. Considera necesario que las instituciones, especialmente a nivel autonómico, abran acciones de promoción en otros países de manera más eficaz, dado que el sector del vino ha sido y es "muy fuerte en la exportación".
Existe coordinación entre las diferentes denominaciones de origen españolas para proteger marcas y zonas, aunque reconoce que esta crisis "está fuera de la política nacional". En su opinión, la disputa comercial responde a una estrategia global: "Es América contra todos". En este contexto, las bodegas deben destacar la calidad, la supervivencia de un viñedo único, su exclusividad y rasgos identitarios para mantener su presencia en el mercado estadounidense sin comprometer su rentabilidad.
Actualmente, se está a la espera de ver en qué términos se fijan los aranceles para reforzar las acciones de promoción del vino alicantino en otros países y compensar una posible caída en Estados Unidos. Reus subraya que este tipo de decisiones comerciales "perjudican injustamente a productores y pequeñas y medianas bodegas que ya operan con márgenes ajustados". "Una bodega alicantina tiene poco volumen y con un cliente puede hacerle un buen pedido y ayudar a su rentabilidad; mientras que las grandes siempre tienen más poder de inversión en otros países o clientes, más apoyos y capacidad de reacción o más capacidad para negociar sus márgenes", explica.
Finalmente, Reus aconseja al sector vitivinícola alicantino "prudencia y seguir trabajando por la máxima calidad". Considera que, ante este tipo de situaciones, lo más importante es "aportar toda nuestra historia y valores únicos", algo que, en su opinión, "ningún arancel puede gravar".

José Juan Reus, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Alicante, presidente de Bodegas Xaló y alcalde del Ayuntamiento de Llíber, ha expresado su profunda preocupación ante la reciente amenaza del presidente estadounidense Donald Trump de imponer aranceles del 200% a los vinos europeos. Esta medida podría afectar significativamente a las bodegas alicantinas que exportan al mercado estadounidense, que en 2024 importó vinos españoles por valor de 391,4 millones de dólares.
Reus califica la situación de "muy alarmante y pesimista". Explica que, aunque en una primera fase hubo una ligera contracción que no afectó a los principales vinos, la anunciada tasa del 200% podría suponer "un mayor problema" para las bodegas. Actualmente, las bodegas de la DOP Alicante exportan unas 400.000 unidades a Estados Unidos, siendo este su segundo o tercer cliente, dependiendo del año. Este mercado es importante no solo en cantidad, sino también en valor, ya que el perfil de los vinos indica "madurez y potencialidad".
Un arancel de esta magnitud situaría a los vinos alicantinos en una posición muy desfavorable respecto a otros productores de continentes como Chile o Australia. Aunque la historia y la potencia de las marcas europeas son muy fuertes, la competitividad se vería gravemente afectada. "Nos pone en una situación muy mala respecto a otros continentes", lamenta Reus, aunque reconoce que el vino europeo sigue teniendo "una gran potencia de marcas".
Ante posibles restricciones comerciales con Estados Unidos, el Consejo Regulador contempla estrategias de diversificación de mercados. Sudamérica se presenta como una opción, aunque su velocidad es lenta y la inestabilidad de algunos países no es positiva. "La diversificación puede ser Sudamérica, pero su velocidad es lenta y la inestabilidad de algunos países tampoco es positiva", señala. Los mercados asiáticos, como China, Japón, India o Taiwán, tienen gran potencial, pero actualmente están "paralizados".
Reus señala que la situación ofrece "poco margen de maniobra" para las pequeñas empresas, ya que no depende de ellas. "La baza la juega la Unión Europea en defender a este sector", afirma. Considera necesario que las instituciones, especialmente a nivel autonómico, abran acciones de promoción en otros países de manera más eficaz, dado que el sector del vino ha sido y es "muy fuerte en la exportación".
Existe coordinación entre las diferentes denominaciones de origen españolas para proteger marcas y zonas, aunque reconoce que esta crisis "está fuera de la política nacional". En su opinión, la disputa comercial responde a una estrategia global: "Es América contra todos". En este contexto, las bodegas deben destacar la calidad, la supervivencia de un viñedo único, su exclusividad y rasgos identitarios para mantener su presencia en el mercado estadounidense sin comprometer su rentabilidad.
Actualmente, se está a la espera de ver en qué términos se fijan los aranceles para reforzar las acciones de promoción del vino alicantino en otros países y compensar una posible caída en Estados Unidos. Reus subraya que este tipo de decisiones comerciales "perjudican injustamente a productores y pequeñas y medianas bodegas que ya operan con márgenes ajustados". "Una bodega alicantina tiene poco volumen y con un cliente puede hacerle un buen pedido y ayudar a su rentabilidad; mientras que las grandes siempre tienen más poder de inversión en otros países o clientes, más apoyos y capacidad de reacción o más capacidad para negociar sus márgenes", explica.
Finalmente, Reus aconseja al sector vitivinícola alicantino "prudencia y seguir trabajando por la máxima calidad". Considera que, ante este tipo de situaciones, lo más importante es "aportar toda nuestra historia y valores únicos", algo que, en su opinión, "ningún arancel puede gravar".
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