Artículo de opinión
El año 1238 marca la supuesta fecha del falso nacimiento del pueblo valenciano y su lengua propia
En el contexto de la historia y la identidad de Valencia, se ha consolidado una narrativa que sostiene que la identidad valenciana y su lengua nacieron en 1238, año en que Jaime I de Aragón conquistó el reino de Valencia. Esta afirmación, sin embargo, ha sido cuestionada por numerosos historiadores y académicos, quienes la consideran una interpretación partidista e incluso errónea.
La versión oficial, que ha sido impulsada en gran medida por sectores catalanistas, tiende a ignorar o restar importancia a la rica historia que precede a ese año. Según esta perspectiva, el pueblo valenciano y su cultura tendrían sus raíces únicamente en ese momento, lo que resulta en un borrado de la existencia de las tribus edetanas, así como de las influencias de los antiguos griegos, fenicios, romanos, árabes y mozárabes, todos ellos con un legado significativo en la región. Para algunos, esta simplificación de la historia es una verdadera distorsión que no refleja la complejidad de la identidad valenciana.
Entre los diversos grupos que han habitado esta tierra, la presencia de los mozárabes y la influencia del romance en la lengua valenciana son temas que a menudo se consideran tabú, vinculados a la idea de una supuesta extinción total tras la conquista musulmana.
Sin embargo, desde una perspectiva que desafía esta noción, la historia de Valencia se revela como mucho más antigua y compleja. Esta historia está marcada por una continuidad cultural e histórica que no se puede pasar por alto. A lo largo de los siglos, la región ha sido testigo de la llegada de diversas civilizaciones y pueblos, desde los tiempos prerromanos, pasando por la romanización, hasta la influencia de griegos y fenicios, y la posterior conquista árabe. Todo este legado ha sido fundamental en la formación de la identidad valenciana y su lengua, que ha evolucionado a lo largo del tiempo y no puede ser reducida a un único evento ocurrido en 1238.
En el contexto de las conmemoraciones, se presentó el subtítulo "El naixement d’un poble", que se traduce como "El nacimiento de un pueblo". Este lema tenía como objetivo marcar el inicio de la identidad valenciana en esa fecha específica, sin considerar la rica y diversa historia que la precedió. Esta perspectiva, simplista y unilateral, parece buscar reforzar una narrativa que legitime la conexión cultural y lingüística de Valencia con Cataluña, ignorando cualquier vínculo anterior que pudiera poner en duda esa relación.
Los sectores que abogan por el catalanismo han adoptado una estrategia que promueve la idea de que la historia del Reino de Valencia representó una ruptura total con su pasado anterior a 1238. Con esta postura, intentan establecer una visión rupturista que respalde la creación de los denominados "Països Catalans", un concepto que abarca geográfica y culturalmente a Cataluña, las Islas Baleares, la Comunidad Valenciana y otras regiones, bajo la premisa de una supuesta unidad cultural y lingüística.
La narrativa oficial sobre el origen del pueblo valenciano, que lo sitúa en el año 1238, se presenta como una versión que carece de un respaldo científico sólido. En realidad, esta interpretación parece estar más alineada con intereses políticos y nacionalistas que con un análisis histórico riguroso.
Así, al ignorar la rica historia que precede a esa fecha, se busca fortalecer una identidad catalanista, dejando de lado las evidencias de una historia autonómica, cultural y lingüística que ha contribuido a definir la singularidad de Valencia a lo largo de los siglos. Es fundamental reivindicar y valorar la historia auténtica, aquella que reconoce la diversidad de influencias y la continuidad cultural, ya que forma parte esencial del patrimonio valenciano y de su identidad.
Pedro Fuentes Caballero
President de l’Associació Cultural Roc Chabàs de Dénia

En el contexto de la historia y la identidad de Valencia, se ha consolidado una narrativa que sostiene que la identidad valenciana y su lengua nacieron en 1238, año en que Jaime I de Aragón conquistó el reino de Valencia. Esta afirmación, sin embargo, ha sido cuestionada por numerosos historiadores y académicos, quienes la consideran una interpretación partidista e incluso errónea.
La versión oficial, que ha sido impulsada en gran medida por sectores catalanistas, tiende a ignorar o restar importancia a la rica historia que precede a ese año. Según esta perspectiva, el pueblo valenciano y su cultura tendrían sus raíces únicamente en ese momento, lo que resulta en un borrado de la existencia de las tribus edetanas, así como de las influencias de los antiguos griegos, fenicios, romanos, árabes y mozárabes, todos ellos con un legado significativo en la región. Para algunos, esta simplificación de la historia es una verdadera distorsión que no refleja la complejidad de la identidad valenciana.
Entre los diversos grupos que han habitado esta tierra, la presencia de los mozárabes y la influencia del romance en la lengua valenciana son temas que a menudo se consideran tabú, vinculados a la idea de una supuesta extinción total tras la conquista musulmana.
Sin embargo, desde una perspectiva que desafía esta noción, la historia de Valencia se revela como mucho más antigua y compleja. Esta historia está marcada por una continuidad cultural e histórica que no se puede pasar por alto. A lo largo de los siglos, la región ha sido testigo de la llegada de diversas civilizaciones y pueblos, desde los tiempos prerromanos, pasando por la romanización, hasta la influencia de griegos y fenicios, y la posterior conquista árabe. Todo este legado ha sido fundamental en la formación de la identidad valenciana y su lengua, que ha evolucionado a lo largo del tiempo y no puede ser reducida a un único evento ocurrido en 1238.
En el contexto de las conmemoraciones, se presentó el subtítulo "El naixement d’un poble", que se traduce como "El nacimiento de un pueblo". Este lema tenía como objetivo marcar el inicio de la identidad valenciana en esa fecha específica, sin considerar la rica y diversa historia que la precedió. Esta perspectiva, simplista y unilateral, parece buscar reforzar una narrativa que legitime la conexión cultural y lingüística de Valencia con Cataluña, ignorando cualquier vínculo anterior que pudiera poner en duda esa relación.
Los sectores que abogan por el catalanismo han adoptado una estrategia que promueve la idea de que la historia del Reino de Valencia representó una ruptura total con su pasado anterior a 1238. Con esta postura, intentan establecer una visión rupturista que respalde la creación de los denominados "Països Catalans", un concepto que abarca geográfica y culturalmente a Cataluña, las Islas Baleares, la Comunidad Valenciana y otras regiones, bajo la premisa de una supuesta unidad cultural y lingüística.
La narrativa oficial sobre el origen del pueblo valenciano, que lo sitúa en el año 1238, se presenta como una versión que carece de un respaldo científico sólido. En realidad, esta interpretación parece estar más alineada con intereses políticos y nacionalistas que con un análisis histórico riguroso.
Así, al ignorar la rica historia que precede a esa fecha, se busca fortalecer una identidad catalanista, dejando de lado las evidencias de una historia autonómica, cultural y lingüística que ha contribuido a definir la singularidad de Valencia a lo largo de los siglos. Es fundamental reivindicar y valorar la historia auténtica, aquella que reconoce la diversidad de influencias y la continuidad cultural, ya que forma parte esencial del patrimonio valenciano y de su identidad.
Pedro Fuentes Caballero
President de l’Associació Cultural Roc Chabàs de Dénia
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