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Miércoles, 01 de Octubre de 2025

Actualizada Miércoles, 01 de Octubre de 2025 a las 13:27:01 horas

Pedro Fuentes Caballero
Lunes, 11 de Agosto de 2025 Tiempo de lectura:
Opinión Ciudadana

Próspero de Bofarull: el archivero que manipuló la historia de Cataluña

Uno de los personajes más controvertidos y dañinos para la veracidad histórica de Cataluña fue Próspero de Bofarull i Mascaró (1777-1859), nacido en Barcelona y director del Archivo de la Corona de Aragón en dos etapas cruciales del siglo XIX. Su figura es sinónimo de revisionismo interesado, pues, además de rehabilitar un archivo descuidado durante décadas, utilizó su posición privilegiada para alterar deliberadamente la interpretación del pasado catalán a la luz de intereses nacionalistas emergentes.

 

Reescritura de los fundamentos históricos

Bofarull trató de equiparar artificialmente el estatus del condado de Barcelona al del reino de Aragón, una equiparación contraria a la realidad medieval. Así legitimó expresiones modernas como "Corona catalano-aragonesa" o "condes-reyes", términos que nunca emplearon los auténticos protagonistas de la época. Uno de los ejemplos más graves de su manipulación fue la desaparición del primer testamento de Jaime I (1241), en el que se definían claramente los límites y jerarquías de los reinos tras la reconquista: Cataluña se mantenía en el rango de condado feudal, y Aragón, Valencia y Mallorca se consideraban reinos de pleno derecho. Justamente esta jerarquización desmentía el relato igualitarista impulsado por Bofarull y sectores del nacionalismo catalán.

 

La manipulación del Llibre de Repartiment de Valencia

En 1847, Bofarull revisó y manipuló la famosa obra que relacionaba a los repobladores tras la conquista de Valencia, suprimiendo o ignorando deliberadamente la mención de aragoneses, navarros y otros no catalanes, y sobrestimando la aportación de catalanes. Así consolidó la hipótesis de que la expansión del catalán en Valencia se debía únicamente a la masiva colonización catalana, cuando la realidad demuestra que participaron repobladores de muy diversos orígenes: castellanos, franceses, húngaros e ingleses, y no solamente catalanes.

 

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Obsesión genealógica y construcción nacional

En su vasta labor de organización y descripción documental, Bofarull también fomentó la identificación de Wifredo el Velloso como fundador de Cataluña, ignorando deliberadamente condes anteriores y adjudicando a los condes de Barcelona el rango de soberanos nacionales. Esta reinterpretación sirvió para que se estableciese el mito de la "primera nación catalana", omitiendo aspectos que desmentían tal supuesto.

 

Fábrica de relatos: colegas en la distorsión histórica

Bofarull no estuvo solo en este empeño. Autores como Juan Gaspar Roig Jalpi publicaron crónicas apócrifas, como el “Llibre dels Feyts d’armes de Catalunya”, atribuyéndole autoría a Bernat Boades para dotar de antigüedad y legitimidad las glorias catalanas, cuando posteriormente se probó que eran invenciones del propio Roig.

 

Tampoco su sobrino, Antonio de Bofarull Broca, escapó a este revisionismo: en 1872 publicó la “Confederación catalano-aragonesa”, título anacrónico y ficticio, pues nunca existió tal confederación ni corona catalano-aragonesa. La unión dinástica entre Petronila y Ramón Berenguer IV fue de subordinación jerárquica, no de igualdad: Ramón Berenguer nunca fue coronado rey; su rango era vasallo del monarca aragonés.

 

La verdad detrás de la manipulación

Gracias al acceso privilegiado a cientos de miles de documentos medievales y a la casi total ausencia de revisores, Bofarull pudo, durante décadas, influir en la visión colectiva sobre la historia de Cataluña, dotándola de una grandeza y un nivel equiparable al del reino de Aragón, aunque esto no se corresponde con la realidad de las fuentes originales. Su contribución, lejos de enriquecer la historiografía, ha perpetuado una visión distorsionada y funcional a intereses políticos posteriores.

 

En resumen:

La labor de Próspero de Bofarull y sus sucesores en la manipulación, alteración y reinterpretación de documentos y relatos medievales supuso uno de los mayores fraudes documentales para la historia de Cataluña. Su objetivo no era investigar con rigor, sino dotar de un discurso legitimador, igualando —falsamente— el peso político, social y cultural de Cataluña frente al de Aragón y Valencia. La persistencia de términos como “Corona catalano-aragonesa”, aún presentes en manuales y discursos, es prueba de la herencia de este revisionismo archivístico y literario.

 

Pedro Fuentes Caballero

President de l’Associació Cultural Roc Chabàs de Dénia

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