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Pedro Fuentes Caballero
Lunes, 25 de Agosto de 2025 Tiempo de lectura:
Artículo de opinión ciudadana

El desprecio al Reino de Valencia: manipulación jurídica contra la identidad histórica valenciana

En los últimos años, se ha hecho frecuente escuchar discursos que buscan reducir la historia del pueblo valenciano a un simple pie de página jurídico. Uno de los ejemplos más recientes lo encontramos en interpretaciones del preámbulo del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana, en las que se asegura que las referencias a “antiguo Reino de Valencia” o a “País Valenciano” carecen de valor normativo y son meramente “descriptivas”. Según esta visión, estos términos no tendrían más importancia que un adorno literario o un guiño retórico, sin trascendencia alguna para nuestro presente ni para nuestro ordenamiento.

 

Sin embargo, reducir la mención al Reino de Valencia a una fórmula ornamental es un ejercicio de manipulación histórica y política que merece ser contestado con firmeza. Porque el Reino de Valencia no fue una metáfora, ni una etiqueta romántica, ni una simple descripción: fue una realidad jurídica, política y social que se prolongó durante siglos, con instituciones propias, leyes propias (los Fueros), Cortes, y un papel central en la configuración de la Corona de Aragón y, posteriormente, de la Monarquía Hispánica.

 

La trampa del formalismo jurídico

Quienes sostienen que “no tiene valor normativo” olvidan que el Estatuto de Autonomía no crea la historia de un pueblo, sino que la reconoce y la enmarca en un presente constitucional. Que el Tribunal Constitucional matice que el preámbulo no es un artículo normativo no significa que lo en él recogido sea irrelevante. Más bien al contrario: significa que las referencias históricas no son reguladoras, pero sí son fundamentales en la identidad que se reconoce en dicho Estatuto.

 

Nadie cuestiona, por ejemplo, cuando otras autonomías incluyen en sus estatutos referencias a su pasado histórico: Castilla y León, Andalucía, Galicia, Aragón…Todas apelan a sus raíces históricas para legitimar su presente autonómico. ¿Por qué, entonces, en el caso valenciano se pretende despojar de toda relevancia la mención al Reino de Valencia? La respuesta es clara: porque el reconocimiento del Reino de Valencia como realidad histórica nacional incomoda a quienes buscan rebajar la personalidad diferenciada de nuestro pueblo.

 

El Reino de Valencia no es un “adjetivo”

Resulta insultante calificar al Reino de Valencia como un mero “título descriptivo”. El Reino existió durante casi seis siglos, desde 1238 hasta la Nueva Planta borbónica de 1707. Durante todo ese tiempo fue una entidad política reconocida en Europa y en la propia Corona de Aragón, con un derecho propio que se estudia aún hoy en las facultades de Derecho. Eliminar su significado es tanto como negar la existencia del Reino de Navarra, del Reino de Aragón o del Condado de Castilla.

 

La diferencia es que a los valencianos se nos intenta convencer de que debemos conformarnos con el apelativo burocrático de “Comunidad Valenciana”, que —aunque legítimo en la Constitución de 1978— jamás podrá borrar la raíz histórica que nos define como valencianos del Reino.

 

El trasfondo ideológico

No nos engañemos: el discurso de que el “Reino de Valencia es solo decorativo” tiene un trasfondo ideológico claro. Sirve para negar a los valencianos una identidad propia y dejarnos en un terreno ambiguo donde las manipulaciones del pancatalanismo y los centralismos de Madrid encuentran un espacio cómodo para seguir imponiendo narrativas que no nos corresponden.

 

Reducir el Reino a un “nombre bonito” es una estrategia para desactivar su potencial reivindicativo. Porque reconocer el Reino de Valencia implica reconocer que Valencia fue, es y será una nación histórica con símbolos, instituciones y lengua propios, que merecen respeto y proyección en el presente.

 

Conclusión: la historia no se borra con tecnicismos

El pueblo valenciano debe ser consciente de que ningún tribunal ni estatuto tiene el poder de borrar su historia. El Reino de Valencia no es una nota a pie de página ni un recurso literario: es nuestra raíz y nuestro fundamento. Y quien intente relegarlo a “lo anecdótico” está practicando un ejercicio de valencianofobia y desprecio histórico.

 

En un momento en que las identidades se reafirman en toda Europa, los valencianos no podemos permitir que se nos robe lo que es nuestro. Somos herederos de un Reino, y negar esa realidad no es ciencia jurídica: es manipulación política.

 

Pedro Fuentes Caballero

President de l’Associació Cultural Roc Chabàs de Dénia

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