Alumnos y profesores de la Escuela de Adultos de Dénia denuncian el abandono del centro en una carta abierta al alcalde Vicent Grimalt
El escrito acusa al Ayuntamiento de “ninguneo y negligencia” y exige una sede digna para un servicio esencial que califican como “ascensor social”
Alumnos y profesores del Centro Público de Formación de Personas Adultas “Ramón Ortega” de Dénia han hecho pública una carta abierta dirigida al alcalde Vicent Grimalt, en la que expresan su profunda indignación por el deterioro, la falta de seguridad y el abandono institucional que sufre el centro educativo. El texto, que también interpela a la concejala de Educación y a la dirección del centro, relaciona la situación de la escuela con un “modelo político que olvida la educación de los más vulnerables”, y exige una actuación inmediata para garantizar unas condiciones dignas.
A continuación, reproducimos íntegramente la carta abierta remitida por alumnos y profesores de la Escuela de Adultos de Dénia, sin modificación alguna de su contenido original:
Carta abierta al alcalde de Dénia Vicent Grimalt
La educación como ascensor social y la ley del silencio
Se acaba de cumplir el primer aniversario de la castrástrofe de la DANA que arrasó con tantas vidas de manera tan cruel a causa no de un extradordinario fenómeno atmosférico, sino por una criminal y vergonzosa inacción y negligencia de los políticos gobernantes que debían y podían haber evitado los terribles daños de la riada sobre tantas familias, cuando en Dénia ha saltado a la prensa una noticia sobre el lamentable estado de deterioro e inseguridad de la Escuela de Personas Adultas que de nuevo vuelve a poner el dedo en la llaga purulenta del abandono por parte de la clase política de los ciudadanos y sus problemas y necesidades. No hay más que ir a hacer la compra o intentar alquilar una vivienda para saber el calvario diario de la ciudadanía, mientras los políticos de ayer, hoy y mañana, de toda condición y color, están a lo suyo y oyen las protestas de la gente como quien oye la lluvia caer, con indiferencia.
El sangrante abandono de lo público y de los derechos de los ciudadanos a acceder a algo tan importante como es la educación concebida como ascensor social, ha salido a la luz en Dénia esta semana a través de la denuncia de un grupo de alumnos y profesores del Centro Público de Formación de Personas Adultas “Ramón Ortega” sobre una situación que lleva dándose décadas pero que ha llegado ya a un punto insostenible y peligroso. Este centro, que tiene entre su alumnado a aquellas mujeres y hombres, nacionales y extranjeros, que por situación socioeconómica y laboral, pero también de otro tipo, están, en muchos casos contra su voluntad, en el peldaño de más abajo del edificio social, tiene como función y objetivo principal que estas personas, por medio de la educación, de la alfabetización, de la obtención del graduado en Educación Secundaria Obligatoria o del dominio de una lengua, puedan coger un ascensor de integración y ascenso social del que se les privó o que se les escapó en su adolescencia. La Escuela de Adultos es para ellos el único medio de llevar a cabo un proyecto de vida, la única vía que les puede abrir un acceso seguro a un duro mercado laboral.
Teniendo en cuenta la noble función social que tiene la Escuela de Adultos es especialmente doloroso comprobar la situación de ninguneo y abandono absoluto que sufren sus usuarios por parte de un Ayuntamiento que los ha relegado a un local deteriorado de los años 70 donde no solo hay una carencia total de espacio para albergar al alumnado en condiciones aceptables, sino también precupantes grietas estructurales, filtraciones de aguas fecales, goteras, emanaciones de gases, váteres no adaptados y un sistema eléctrico obsoleto y peligroso. La guinda de esta vergonzosa situación la pone la inexistencia de una salida de emergencia en un local completamente enrejado. Solo esto último exige el cese inmediato de la actividad educativa en ese antro.
De hecho, se están incumpliendo dos normas —aunque la señora Melani Ivars, concejala de Educación, y la directora del centro, Anna Sapena, aún no se hayan enterado (aunque nosotras sí que lo hemos denunciado ante el Director General de Infraestructuras Educativas...)—: DECRETO 207/2003, de 10 de octubre, del Consell de la Generalitat, por el que se establecen los requisitos mínimos de los centros docentes de formación de personas adultas que impartan enseñanzas básicas + ORDEN 27/2012, de 18 de junio, de la Conselleria de Educación, Formación y Empleo, sobre planes de autoprotección o medidas de emergencia de los centros educativos no universitarios de la Comunitat Valenciana.
Ante esta problemática, tanto la direcctora del Centro de Personas Adultas como el Ayuntamiento a través de la concejalía de Educación y de la Alcaldía, practican una técnica común en el mundo del hampa: la ley de silencio. Si nadie dice nada, no hay ningún problema. Nadie molesta a nadie y todos contentos. Cada uno con su silla y su sueldo. Sin importar las consecuencias catastróficas que pueda tener dejar que ocurra aquello sobre lo que se calla. Algo que nos suena por lo ocurrido con la DANA.
Realmente el Ayuntamiento sí que habló y reconoció la situación de insalubridad del local de la Escuela de Adultos. Fue antes de la pandemia y se prometió al entonces director de la escuela que el antiguo colegio Pou de la Muntanya en El Rodat sería la sede de la escuela de personas adultas de Dénia. Pero parece que el covid afectó a la memoria de quienes hicieron tal promesa de dignificar la eduación de los adultos y decidieron que lo que debía ir en el antiguo Pou de la Montaña era nada más ni nada menos que el Museu fester. Sí señor, con un par de cojones o de ovarios.
Primero la fiesta, y después, si acaso, la educación de las personas vulnerables del municipio. Que esa medida la hubiera adoptado un partido sin escrúpulos sociales como el PP o como Vox sería comprensible, pero que lo hayan hecho dos partidos políticos que se llaman socialistas y progresistas es de traca y una burla a la clase obrera.
Pero por si la situación no era ya bastante patética, faltaba la reforma de la casa del parque de Torrecremada para instalar allí ¿tal vez, por fin, la Escuela de Adultos? Pues no, señor, era ni más ni menos que para colocar en el flamante edificio, pagado con el sudor de todos los denieros y denieras, una delegación de la Universidad para enseñar, a aquellos que puedan pagar la matrícula, a ser cocineros-becarios obedientes y gratuitos para los chefs Michelín de la D*na Festival Dénia. Esa es la única DANA que les preocupa a los políticos, la que da dinero a unos pocos a costa del trabajo en negro de tantos recién llegados que no pueden estudiar en un lugar digno y seguro.
¿Señor Grimalt, en 10 años de alcaldía no ha tenido usted la oportunidad de dotar de un local digno a la Escuela de Adultos de Dénia? ¿No ha tenido usted la necesidad de dignificar una eduación vital para aquellos que ha tenido menos oportunidades en la vida? ¿Por qué solo se ha preocupado de la gamba roja y de los chefs Michelín y se ha olvidado de los que trabajan (muchas veces en la economía sumergida) para que todo eso luzca?
Del PP y de Vox no esperamos nada, porque nada les importa ni la eduación en general ni la de los adultos en particular, pero de alguién que se llama socialista nos parece ominoso ese olvido y ese abandono de una educación digna de los más humildes.
No esperamos nada de usted ya. Ni tampoco de su vicealcalde y próximo primer edil. El último año ha tenido usted la desfachatez de reformar las oficinas del antiguo INEM para no sabemos qué en vez de destinarlas a la Escuela de Adultos. Si tuviera una mínima vergüenza y dignidad ordenaría el traslado inmediato del centro educativo de adultos al Museu Faller, al edificio de Torrecremada o a la Casa de la Cultura.
Pero sabemos que no lo hará. Solo nos queda confiar en que cada vez que coja un ascensor recuerde que usted con su nula atención a la eduación de adultos ha privado a muchos hombres y mujeres de poder ascender socialmente; que cuando le sirvan gamba roja de Dénia mire a la cara de la persona que se la sirve y vea en sus ojos a una luchadora que no tiene un lugar digno y seguro donde estudiar y progresar para poder estar ella sentada también algún día en esa mesa comiendo gamba roja con usted. Como decían los mayores: d’on no n’hi ha no se’n pot traure.
El escrito viene firmado por los alumnos y profesores de la Escuela de Adultos de Dénia.

Alumnos y profesores del Centro Público de Formación de Personas Adultas “Ramón Ortega” de Dénia han hecho pública una carta abierta dirigida al alcalde Vicent Grimalt, en la que expresan su profunda indignación por el deterioro, la falta de seguridad y el abandono institucional que sufre el centro educativo. El texto, que también interpela a la concejala de Educación y a la dirección del centro, relaciona la situación de la escuela con un “modelo político que olvida la educación de los más vulnerables”, y exige una actuación inmediata para garantizar unas condiciones dignas.
A continuación, reproducimos íntegramente la carta abierta remitida por alumnos y profesores de la Escuela de Adultos de Dénia, sin modificación alguna de su contenido original:
Carta abierta al alcalde de Dénia Vicent Grimalt
La educación como ascensor social y la ley del silencio
Se acaba de cumplir el primer aniversario de la castrástrofe de la DANA que arrasó con tantas vidas de manera tan cruel a causa no de un extradordinario fenómeno atmosférico, sino por una criminal y vergonzosa inacción y negligencia de los políticos gobernantes que debían y podían haber evitado los terribles daños de la riada sobre tantas familias, cuando en Dénia ha saltado a la prensa una noticia sobre el lamentable estado de deterioro e inseguridad de la Escuela de Personas Adultas que de nuevo vuelve a poner el dedo en la llaga purulenta del abandono por parte de la clase política de los ciudadanos y sus problemas y necesidades. No hay más que ir a hacer la compra o intentar alquilar una vivienda para saber el calvario diario de la ciudadanía, mientras los políticos de ayer, hoy y mañana, de toda condición y color, están a lo suyo y oyen las protestas de la gente como quien oye la lluvia caer, con indiferencia.
El sangrante abandono de lo público y de los derechos de los ciudadanos a acceder a algo tan importante como es la educación concebida como ascensor social, ha salido a la luz en Dénia esta semana a través de la denuncia de un grupo de alumnos y profesores del Centro Público de Formación de Personas Adultas “Ramón Ortega” sobre una situación que lleva dándose décadas pero que ha llegado ya a un punto insostenible y peligroso. Este centro, que tiene entre su alumnado a aquellas mujeres y hombres, nacionales y extranjeros, que por situación socioeconómica y laboral, pero también de otro tipo, están, en muchos casos contra su voluntad, en el peldaño de más abajo del edificio social, tiene como función y objetivo principal que estas personas, por medio de la educación, de la alfabetización, de la obtención del graduado en Educación Secundaria Obligatoria o del dominio de una lengua, puedan coger un ascensor de integración y ascenso social del que se les privó o que se les escapó en su adolescencia. La Escuela de Adultos es para ellos el único medio de llevar a cabo un proyecto de vida, la única vía que les puede abrir un acceso seguro a un duro mercado laboral.
Teniendo en cuenta la noble función social que tiene la Escuela de Adultos es especialmente doloroso comprobar la situación de ninguneo y abandono absoluto que sufren sus usuarios por parte de un Ayuntamiento que los ha relegado a un local deteriorado de los años 70 donde no solo hay una carencia total de espacio para albergar al alumnado en condiciones aceptables, sino también precupantes grietas estructurales, filtraciones de aguas fecales, goteras, emanaciones de gases, váteres no adaptados y un sistema eléctrico obsoleto y peligroso. La guinda de esta vergonzosa situación la pone la inexistencia de una salida de emergencia en un local completamente enrejado. Solo esto último exige el cese inmediato de la actividad educativa en ese antro.
De hecho, se están incumpliendo dos normas —aunque la señora Melani Ivars, concejala de Educación, y la directora del centro, Anna Sapena, aún no se hayan enterado (aunque nosotras sí que lo hemos denunciado ante el Director General de Infraestructuras Educativas...)—: DECRETO 207/2003, de 10 de octubre, del Consell de la Generalitat, por el que se establecen los requisitos mínimos de los centros docentes de formación de personas adultas que impartan enseñanzas básicas + ORDEN 27/2012, de 18 de junio, de la Conselleria de Educación, Formación y Empleo, sobre planes de autoprotección o medidas de emergencia de los centros educativos no universitarios de la Comunitat Valenciana.
Ante esta problemática, tanto la direcctora del Centro de Personas Adultas como el Ayuntamiento a través de la concejalía de Educación y de la Alcaldía, practican una técnica común en el mundo del hampa: la ley de silencio. Si nadie dice nada, no hay ningún problema. Nadie molesta a nadie y todos contentos. Cada uno con su silla y su sueldo. Sin importar las consecuencias catastróficas que pueda tener dejar que ocurra aquello sobre lo que se calla. Algo que nos suena por lo ocurrido con la DANA.
Realmente el Ayuntamiento sí que habló y reconoció la situación de insalubridad del local de la Escuela de Adultos. Fue antes de la pandemia y se prometió al entonces director de la escuela que el antiguo colegio Pou de la Muntanya en El Rodat sería la sede de la escuela de personas adultas de Dénia. Pero parece que el covid afectó a la memoria de quienes hicieron tal promesa de dignificar la eduación de los adultos y decidieron que lo que debía ir en el antiguo Pou de la Montaña era nada más ni nada menos que el Museu fester. Sí señor, con un par de cojones o de ovarios.
Primero la fiesta, y después, si acaso, la educación de las personas vulnerables del municipio. Que esa medida la hubiera adoptado un partido sin escrúpulos sociales como el PP o como Vox sería comprensible, pero que lo hayan hecho dos partidos políticos que se llaman socialistas y progresistas es de traca y una burla a la clase obrera.
Pero por si la situación no era ya bastante patética, faltaba la reforma de la casa del parque de Torrecremada para instalar allí ¿tal vez, por fin, la Escuela de Adultos? Pues no, señor, era ni más ni menos que para colocar en el flamante edificio, pagado con el sudor de todos los denieros y denieras, una delegación de la Universidad para enseñar, a aquellos que puedan pagar la matrícula, a ser cocineros-becarios obedientes y gratuitos para los chefs Michelín de la D*na Festival Dénia. Esa es la única DANA que les preocupa a los políticos, la que da dinero a unos pocos a costa del trabajo en negro de tantos recién llegados que no pueden estudiar en un lugar digno y seguro.
¿Señor Grimalt, en 10 años de alcaldía no ha tenido usted la oportunidad de dotar de un local digno a la Escuela de Adultos de Dénia? ¿No ha tenido usted la necesidad de dignificar una eduación vital para aquellos que ha tenido menos oportunidades en la vida? ¿Por qué solo se ha preocupado de la gamba roja y de los chefs Michelín y se ha olvidado de los que trabajan (muchas veces en la economía sumergida) para que todo eso luzca?
Del PP y de Vox no esperamos nada, porque nada les importa ni la eduación en general ni la de los adultos en particular, pero de alguién que se llama socialista nos parece ominoso ese olvido y ese abandono de una educación digna de los más humildes.
No esperamos nada de usted ya. Ni tampoco de su vicealcalde y próximo primer edil. El último año ha tenido usted la desfachatez de reformar las oficinas del antiguo INEM para no sabemos qué en vez de destinarlas a la Escuela de Adultos. Si tuviera una mínima vergüenza y dignidad ordenaría el traslado inmediato del centro educativo de adultos al Museu Faller, al edificio de Torrecremada o a la Casa de la Cultura.
Pero sabemos que no lo hará. Solo nos queda confiar en que cada vez que coja un ascensor recuerde que usted con su nula atención a la eduación de adultos ha privado a muchos hombres y mujeres de poder ascender socialmente; que cuando le sirvan gamba roja de Dénia mire a la cara de la persona que se la sirve y vea en sus ojos a una luchadora que no tiene un lugar digno y seguro donde estudiar y progresar para poder estar ella sentada también algún día en esa mesa comiendo gamba roja con usted. Como decían los mayores: d’on no n’hi ha no se’n pot traure.
El escrito viene firmado por los alumnos y profesores de la Escuela de Adultos de Dénia.
















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.25